Los impuestos: vaya tema
Se puede hablar de ellos a nivel muy técnico viendo, como mínimo, cuales son los que afectan a la mayoría de autónomos o freelancers, y entidades.
No va a ser el tema. Aunque, a modo muy breve, en mi país hay básicamente dos: el IRPF que grava la renta, el sueldo, lo que finalmente ganamos por nuestro trabajo, y el IVA que grava la compra de productos o servicios.
Además hay otra cantidad de dinero, -también en mi país-, que pagamos para poder operar en el sistema económico que NO es un impuesto, sino una cotización a un seguro de salud, pero esta vez es una entidad pública (se llama Seguridad Social) y esa cotización es obligatoria. (en lugar de ser privada y voluntaria como sería el caso si contratamos una mutua de seguro)
Pero decía que no iba por ahí el tema del artículo. No. Va por otros derroteros. Va de si tiene o no sentido que existan impuestos y pagarlos.
Porque tener la idea de que son “robo a mano armada” o de que son una “injusticia” es una idea que tiene importantes consecuencias. No necesariamente beneficiosas. Sólo es una idea, pero no menospreciemos el poder que tiene sobre nuestro proyecto.
Una vez, trabajando con una clienta, ella estaba tremendamente enfadada con la Seguridad Social y en absoluto comulgaba, compartía o apoyaba el trato que estaba recibiendo en un tema concreto que le tocaba de primera mano. Tenía sus razones. Estaba viviendo las consecuencias y éstas eran muy negativas a sus ojos.
Trabajando un poco más, sin embargo, conseguimos salir de una situación muy limitadora (dígase, la seguridad social no sirve) a otra más abierta (la seguridad social sí sirve a algunas personas). ¿Cómo? Primero hubo que salir de un enfado con un nivel demasiado alto, muy muy limitador. Y salir de esa rabia totalemente ineficaz sí es posible, es una buena noticia. Ya, pero ¿Cómo?. Usando la conciencia que esta vez fué llevar ese enfado a un sitio eficaz, a un cambio pendiente. (eps,…, ni tan siquiera tan difícil una vez vencidas las resistencias iniciales)
Muchas veces, sobre todo cuando estamos empezando un “autotrabajo”, por tanto con recursos económicos en general bastante ajustados, incluir los impuestos y la cotización a la seguridad social haría que uno ni lo intentara. ¡Y eso sí que no!
Si tu ser lo pide, se hace. Sólo faltaría. Sea porque no hay un trabajo fuera y te has de buscar “los garbanzos” por tu cuenta, sea porque quieres llevar tu pasión o algo que te gusta mucho al campo profesional, intentarlo con intención de éxito lo considero una gran acción. Y tanto.
Ahora bien, hacer eso con las ideas preconcebidas de trabajar sin pagar impuestos o de que los impuestos son más o menos el demonio es otro tema.
Conviene tener criterio propio. Y tener criterio propio sería algo como:
pagar impuestos me implica tener que facturar x euros (pesos, dólares,..) al mes y eso siendo razonables ocurrirá más o menos en x meses o años.
Hay algunos números al respecto trabajados en este artículo
¿Qué suele pasar en un primer momento cuando hacemos los números con todos los gastos e impuestos incluídos en él? Que nos sale una cifra de ventas necesarias que puede parecer muy alta, y eso asusta.
Si nos quedamos en el susto, actuaríamos de acuerdo a él, probablemente paralizándonos. Sin embargo si lo miramos como un dato objetivo a conseguir en un determinado plazo, lo incluiríamos en nuestra planificación, y chino-chano, a por ello.
Pero lo que quería trasmitir con este post, en realidad, tiene que ver con el tema de mi clienta. Con el enfado que suele incubarse en nosotros respecto a la aparente “injusticia” o “abuso” de los impuestos.
Yo los veo también como “donaciones obligatorias” aunque parezca una paradoja
Porque cuando hago una donación, la hago pensando en el fin de ella. En lo que se supone va a ser utilizada. La finalidad, normalmente una necesidad social, que pretende cubrir. Cuando hago una donación, no se me ocurre pensar en que la vayan a malgastar, a malusar, a corromper, a …, aunque a veces ocurre. Todos sabemos de emblemáticas ONG’s con casos de fraude. Cuando hago una donación pienso que va a ser por un buen fin.
Y con los impuestos pasa algo parecido. Para mí, es un buen fin proveer a un país de infraestructuras sociales, urbanas, educativas, económicas, etc que permitan satisfacer las necesidades básicas de todos los ciudadanos. Y eso, hasta donde llego, sólo puede hacerse con una recaudación común.
Otra cosa muy muy distinta es el uso que algunas personas con acceso al poder hacen de esos fondos. Y también otra cosa muy distinta es si están o no sobredimensionados los impuestos. Y yo creo en ambas cosas que habría que hacer un barrido quasi total de todo lo existente. Y eso sería una revolución. Ay, si yo fuera ministro de economía…!. Cuando pienso en estos puntos, me pasa como a mi clienta. Me enfado. Sí. Y quiero seguir enfadada en eso, para algún día, acumular suficiente fuerza (proveniente de ese enfado) y dirigirla a mejorar esos puntos.
Así que de algún modo, lo que propongo es poner la emoción adecuada en cada sitio. Entender para qué son los impuestos. Para qué sirven. Hacer las paces con ellos.
Y en todo caso, dirigir nuestra rabia a los lugares adecuados:
- ¿bancos que malusan, malinvierten mis fondos?: Los saco y los pongo en otros lugares más afines a mis valores-,
- ¿políticos que malusan, se corrompen a ellos y corrompen el sistema?: dejo de votarlos o justificarlos en aras a un supuesto fin mejor-
- etc
De ese modo, ocuparé mi tiempo y capacidad crítica en encontrar soluciones para facturar lo que me conviene y estar de un modo adecuado en el sistema económico del lugar en el que viva, en lugar de crear incoherencias en mi empresa, o limitando su crecimiento y su visibilidad por temor a que me pillen, y además me cargaré de razones para quizá, quizá actuar contra aquello que realmente crea las injusticias.
Ah! Te leo en los comentarios, ¿cómo ves tú los impuestos?. Y también los contesto. Todos ganamos algo! Mil gracias 🙂
Querida Myriam,
Muchas gracias por tu soporte con este comentario!
Sí, efectivamente. Porque se trata de nutrirnos, sin engañarnos (entiéndeme, hasta donde nos dé nuestra conciencia) de lo que nos acerca a nuestro objetivo.
Y, ¿que acerca más? ¿pensar que los impuestos tienen una razón de ser para el bien común? o por el contrario, ¿pensar que están hechos para fastidiar a muchos con el fin de beneficiar a unos pocos?
Eso no nos lleva a ningunear ni a obviar la perversión con la que algunas personas los hayan usado. Pero usemos la rabia para actuar contra esa perversión y no contra los impuestos
Un ejemplo directo: Yo, particularmente, no habría podido estudiar sino hubiera sido por que con ellos el estado me pagó toda mi carrera universitaria
Pues si Sonia! Me he leído ya este post unas cuantas veces. Y voy quitanto “cepas a la cebolla” que incubría mi Enfado Profundo con el Sistema. Desde luego que necesito la Fuerza de ese Bendito Enfado para proyectarla hacia mi Misión en vez de malgastarla en Infinitas quejas que no hacen más que drenar mi Energía. Una Energía que necesito que esté disponible para poner mi propuesta al Servicio del Mundo.
Con tu artículo he podido comprender un poquito más. Esto de emprender tu Empresa es un Camino de Desarrollo Personal increíble que saca a flote todas y cada unas de tus Incoherencias internas. Tu propuesta es que vea los impuestos en su mejor intención en vez de centrarme en su perversión, es así?. Te pregunto porque justo me estoy destilando este tema y tu opinión siempre me propulsa hacia algún lugar + allá de mi limitación.
Lo que tú propones es pura Coherencia y ello me sirve mucho.
Gracias Infinitas una vez más!
Myriam