El trabajo que he hecho con Sonia me sugiere una imagen: me miro en un espejo limpio y bien iluminado. Saber escuchar tiene eso: nosotros
mismos tenemos la respuesta a las preguntas que nos hacemos, porque si no ni siquiera nos las plantearíamos. Quien escucha devuelve reflejo a quien habla. Entonces quien habla ve mejor. Y así vamos andando el caminito, dialogando.